NO PUEDE SER SINO COMO ES.
¿Qué es el Ser? Esta pregunta no puede contestarse porque no tiene definición. El solo hecho de definir al Ser implica reducirlo, y no existe un elemento más extenso que el Ser.
Tenemos la experiencia de ser, de estar aquí.
Podemos intentar saber quién existe, que no sea una ilusión, es; Yo existo, yo soy, las cosas existen son, Dios existe; y yo y las cosas existimos y consistimos en Él, o bien, yo existo y las cosas no son más que representaciones de mi mismo, no son en si mismas sino que son en mi.
En cuanto al consistir, si existe consiste. No podemos saber quién consiste hasta que no sepamos si existe.
Cuando sepamos quién existió primero, podríamos decir que todo lo demás existe en ese ser y por lo tanto todo lo demás es su representación. Supone una distinción entre el Ser que es y el Ser que no es, el Ser auténtico y el Ser inauténtico. Si a ese Ser le cambiamos algo, automaticamente deja de ser quien era. (negativo o positivo ) al ser auténtico no podemos reducirlo o extenderlo, (es en si mismo).
Sí tenemos que preparar una formula química; (sí no ponemos la cantidad adecuada para obtener el elemento deseado) obtendremos otro elemento distinto del que habiamos estado buscando originalmente. ya que ese elemento tiene unas medidas especificas y si la variamos deja de ser.
God bless you
Hamlet: ¡Ser, o no ser, es la pregunta!—¿Qué debe
ResponderEliminarmás dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas?
Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así! Morir... quedar dormidos...
Dormir... tal vez soñar!—¡Ay! allí hay algo
que detiene al mejor. Cuando del mundo
no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
vendrán en ese sueño de la muerte!
Eso es, eso es lo que hace el infortunio
planta de larga vida. ¿Quién querría
sufrir del tiempo el implacable azote,
del fuerte la injusticia, del soberbio
el áspero desdén, las amarguras
del amor despreciado, las demoras
de la ley, del empleado la insolencia,
la hostilidad que los mezquinos juran
al mérito pacífico, pudiendo
de tanto mal librarse él mismo, alzando
una punta de acero? ¿quién querría
seguir cargando en la cansada vida
su fardo abrumador?... Pero hay espanto
¡allá del otro lado de la tumba!
La muerte, aquel país que todavía
está por descubrirse,
país de cuya lóbrega frontera
ningún viajero regresó, perturba
la voluntad, y a todos nos decide
a soportar los males que sabemos
más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
haces unos cobardes, y la ardiente
resolución original decae
al pálido mirar del pensamiento.
Así también enérgicas empresas,
de trascendencia inmensa, a esa mirada
torcieron rumbo, y sin acción murieron
bajado de internet
juceta.blogspot.com